LA CONSULTA

Las personas que vienen a verme como consultor existencial buscan dejar atrás “algo” que -desde fuera o desde dentro- les hace sentirse oprimidos, bloqueados, sufrientes.

Les ofrezco un espacio de observación íntima, un camino de autoconocimiento y superación de crisis existenciales. Espacio para respirar, hablar, actuar con integridad y franqueza desde la responsabilidad plena. Espacio donde el punto de vista que observa las propias vivencias se mueve en libertad, brindando percepciones nuevas, que crean nuevas realidades.

LA CONSULTA

Las personas que vienen a verme como consultor existencial buscan dejar atrás “algo” que -desde fuera o desde dentro- les hace sentirse oprimidos, bloqueados, sufrientes.

Les ofrezco un espacio de observación íntima, un camino de autoconocimiento y superación de crisis existenciales. Espacio para respirar, hablar, actuar con integridad y franqueza desde la responsabilidad plena. Espacio donde el punto de vista que observa las propias vivencias se mueve en libertad, brindando percepciones nuevas, que crean nuevas realidades.

Sesiones individuales

y parejas

Las sesiones individuales y para parejas son presenciales, o a través de Skype o Zoom.

En castellano o en francés, adoptan dos formatos: Procesos y Consultas.

Procesos: recibo a personas semanalmente, a veces durante varios meses. Los beneficios se derivan -sobre todo- de la relación consciente que establecemos. Forjamos la calidad de ese vínculo día a día, en el viaje de cada persona hacia su propio corazón.  

Consultas: visitas únicas, donde “trazo un mapa”, determino qué energía subyace al motivo aparente y declarado de la consulta. ¿Qué es “realmente” lo que al consultante le produce sufrimiento? Me focalizo en aclarar ese terreno, orientar para una acción responsable, y proporcionar herramientas de trabajo personal en esa dirección.

Información y citas:

Sesiones de grupo

Se despliegan a través de EL OBSERVATORIO, proceso de trabajo individual en grupo. Los participantes son invitados a mirar su propia vida francamente a los ojos, con la ayuda de otros miembros del género humano embarcados en el mismo –dulce y tormentoso- viaje.

Como su nombre lo indica, es un lugar destinado a practicar la observación de tus emociones, creencias, deseos, hábitos, patrones de conducta, relaciones, adicciones, bloqueos, pensamientos, frustraciones, filosofía de vida… De lo que, en este momento, te está haciendo sentir mal (y deseas superar). De la verdadera intención con que estás viviendo (muchas veces sin darte cuenta). De las dificultades que encuentras en la maravillosa (y por momentos dolorosa o desconcertante) aventura de ser un humano en el siglo XXI.

Son reuniones semanales, abiertas a personas dispuestas a participar con honestidad, compromiso, humor y respeto por el prójimo (condiciones básicas para garantizar una atmósfera de intimidad y confianza mutua que permita exponer sin tapujos las dificultades en el diario vivir).

EL OBSERVATORIO genera un microcosmos seguro, acogedor, donde te puedes “ver” sintiendo, pensando, actuando, reaccionando… en contacto con los demás, tal como lo haces –la mayor parte de las veces sin tomar consciencia- en tu existencia cotidiana.

En ese espacio común de observación puedes darte cuenta de cuál es el personaje que prefieres encarnar; cuál es el personaje que prefieres evitar encarnar (y encuentras, como por casualidad, sistemáticamente encarnado en “el otro” con quien te relacionas); tus respuestas mecánicas y repetitivas a los asuntos de la vida; las creencias aprendidas o heredadas que te hacen sufrir -con la excusa de preservarte de sufrimientos mayores-; tus inercias emocionales (que experimentas como bucle, bloqueo, etc.); tus patrones en el establecimiento de vínculos, etc…

Más información e inscripción: